Sdenka Saavedra Alfaro[1]
Son muchos estudios e investigaciones que faltan por realizar a la hora de tratar el tema en torno a la identidad cultural sobre la mujer musulmana conversa latinoamericana, específicamente nos estamos refiriendo a aquellas que nacieron en un país no islámico, las cuales provienen de una ascendencia cultural originaria milenaria, adquirida de una identidad andina, básicamente hacemos mención a aquellas que provienen de una cuna campesina indígena como es el caso de las mujeres aymaras, quechuas, waraniés o tantas otras culturas milenarias de los pueblos originarios que existen sobre todo en América Latina.
Estas mujeres, no nacieron en una cuna islámica, por lo tanto adquirieron esta forma de vida que es el islam estudiando, leyendo y profundizando de acuerdo a sus posibilidades, ya que en su mayoría provienen de familias, las cuales heredaron la fe católica, que fue impuesta en la conquista[2], mujeres que tuvieron otro tipo de educación, de trato y por qué no decirlo tienen otra forma distinta de ver las cosas, una cosmovisión transmitida a través de sus genes, la cual le ha sido sucedida por el sometimiento cultural y físico que a través de más de 500 años le fueron calando sus venas y dejaron raíces en su comportamiento, mujeres que tampoco nacieron en una cuna de oro, y que más bien tienen que ganarse el pan de cada día luchando, trabajando.
Este ensayo hace mención a esta realidad latente que existe en América Latina, porque no podemos hacer una comparación entre una mujer musulmana que nació con una ascendencia islámica, la cual nació conociendo el islam, esta forma de vida que le fue adquirida por sus padres, los cuales fueron educados de la misma forma con las enseñanzas que les fueron pasadas de generación a generación, con la mujer latina conversa al islam, la que nació con una filosofía cultural e identidad cultural originaria distinta.
Y es en este sentido que la mujer latina conversa al islam, tiene que hacer el doble de esfuerzo por adquirir conocimientos de otra forma de vida muy distinta a la suya, porque debe investigar, profundizar, leer mucho más para poner en práctica todo lo que nos brinda el islam. Y es por esta razón que va más allá, no se queda en un estatu quo; sino por el contrario debe continuar esa búsqueda manifiesta que no sólo se queda en la superficialidad de sus contenidos.
La mujer latina conversa al islam debe enfrentar muchos obstáculos desde el momento de su conversión, entre ellos está el hecho de ser aceptada por sus padres, ya que ellos en su mayoría provienen y tienen otra fe, luego el de ser aceptadas por la misma sociedad, en otras palabras por la misma comunidad a la cual pertenecen porque la mayoría provienen de zonas rurales y que tienen otra cultura, otra visión, otro origen y una cosmovisión totalmente diferente; por ejemplo en este caso específico son aymaras, quechuas o waraníes[3].
“La mujer campesina por ejemplo: quechua o aymara hablante, soporta la discriminación y marginalización de manera triple: sexual, social y culturalmente. Sin embargo, ella es la portadora de una milenaria riqueza sapiencial inconsciente y subterránea que ella misma ignora”.[4]
Y esto es una realidad palpable porque ni ella misma se da cuenta que es bilingüe, porque estas mujeres en su mayoría hablan dos idiomas y no lo dicen por temor al rechazo, al miedo, al temor, que continúa, fruto de siglos de sometimiento, los cuales dejaron sus frutos en los hijos de estos y así en los otros hijos, hasta pasar de generación a generación.
¿Y es que en pleno siglo XXI continuamos con el sometimiento, la opresión y la discriminación que fueron sometidos nuestros indígenas en la conquista?
Porque los conquistadores europeos, implementaron una serie de prácticas que trágicamente, tuvieron como consecuencia el casi completo exterminio de la población, que por el momento habitaba el continente; tanto por las condiciones infrahumanas en las que ésta fue tratada, como por el suicidio en masa que existió en muchas comunidades nativas cuando vislumbraban que la miseria y esclavitud eran su destino. Porque estamos hablando del sometimiento cultural y físico y de la esclavización de nuestros ancestros.
Porque en muchos casos esto es lo que se escucha entre la multitud, esto es lo que se murmura:
“Sólo un indio muerto es un buen indio. Sólo una alteridad negada (conquistada, alienada, asesinada), sirve para el gran proyecto universalista de occidente”.[5]
Fuente: http://islamoriente.com/
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