La organización de Al-Qaeda en Yemen se mofó de las últimas medidas antiterroristas adoptadas por Arabia Saudí, alegando que esta decisión del reino árabe es una muestra de que el país está controlado por EE.UU., informó AFP
Al-Qaeda en la Península Arábiga (AQAP), tras varios ataques contra compañías aéreas internacionales, se considera uno de los brazos más peligrosos de Al-Qaeda, y cuenta en sus filas con milicianos de origen saudí.
La actitud de AQAP se debe, en parte, a que Arabia Saudí calificó de terrorista a la Hermandad Musulmana, movimiento popular que ha ganado todas las elecciones celebradas en Egipto desde el derrocamiento de Hosni Mubarak en 2011, si bien ha sido ilegalizada después de que los militares derrocaran a Mohamad Mursi.
Ibrahim al-Rubaish, dirigente de AQAP, adujo que el régimen saudí, con su actitud ante la Hermandad Musulmana, enviaba un "mensaje a todos los grupos que han suavizado sus actividades y abandonado algunos de sus principios".
El régimen saudí teme que la Hermandad Musulmana gane más adeptos entre los saudíes, sobre todo después de las revoluciones de la Primavera Árabe.
La legislación saudí en febrero aprobó una nueva ley que define el terrorismo como "cualquier acto criminal que, de forma directa o indirecta, altere el orden público, atente contra la seguridad de la comunidad y la estabilidad del Estado, o ponga en peligro la unidad nacional".
Este régimen ha aprovechado esta nueva ley para condenar a 20 años de cárcel a cualquier nacional que participe en conflictos extranjeros, especialmente para acabar con la militancia de los saudíes en las filas de los terroristas sirios, que, de vuelta al país, podrían suponer una amenaza para la seguridad.
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