19-01-14
Irán y el Grupo 5+1 (Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania) dieron un nuevo paso en el programa nuclear iraní. Tras unos intensos diálogos a nivel de expertos entre Irán y el G5 +1, ambas partes designaron el día 20 de enero para dar inicio a la ejecución del acuerdo logrado en el mes de noviembre en Ginebra. En base a este acuerdo, Irán y el G5+1 pondrán en marcha una serie de medidas conjuntas para crear una confianza mutua.
¿Cuáles serían los pasos de Teherán? ¿Qué debe hacer Occidente? ¿Qué puntos del acuerdo podrían conllevar malas interpretaciones? ¿Las recientes declaraciones de las autoridades de EE.UU. e Irán pondrán en peligro este proceso de colaboración?
Tal como se ha acordado, todo empezará el día 20 de enero, y ambas partes cumplirán con sus responsabilidades, es decir, todas las sanciones aceptadas por Occidente y claramente detalladas en el texto del acuerdo se suspenderán ese día. Se anularán las sanciones impuestas contra las exportaciones petroquímicas iraníes, así como a las importaciones para su sector de fabricación de automóviles y el comercio en oro y otros materiales preciosos. Además, EE.UU. no impondrá más presiones a terceros países compradores de crudo iraní para que reduzcan sus compras. A su vez, Teherán suspenderá el enriquecimiento de uranio al 20 %.
Solo queda un paso que ambas partes darán de forma paulatina, la disolución del uranio enriquecido al 20 por ciento y el desbloqueo de los 4 mil 200 millones de dólares de ingresos petroleros del país persa bloqueados por bancos extranjeros.
Irán realizará el proceso de convertir en óxido su uranio enriquecido al 20 %, en un plazo de seis meses y en seis fases, y el proceso de liberar los ingresos petroleros será en ocho etapas y, también, en un plazo de seis meses.
Críticos al trabajo de los representantes de Irán y del G5+1 en los diálogos
Debido a que los opositores a una relación entre Teherán y Washington creen que la solución del tema nuclear persa resultaría en una mejoría de los vínculos entre estos dos países, siempre se han esforzado por alzar su voz contra una salida para el programa nuclear iraní. Desde que se suscribió el acuerdo de Ginebra y empezaron los contactos y las reuniones entre Irán y los seis poderes, a nivel de expertos, las voces opositoras comenzaron a exigir que se publique el contenido de los diálogos como derecho de los pueblos, para conocer el rumbo que toman los mismos.
Sin embargo, ¿en qué lugar del mundo hay ejemplos de publicaciones del contenido de unos diálogos a ese nivel? Se debía publicar el texto del acuerdo de Ginebra que fue algo importante conseguido luego de tantos años, pero, lo que se ha discutido a nivel de expertos no es algo para publicar, teniendo en cuenta los delicados temas que se tratan en las reuniones.
El segundo punto, que es una interpretación absolutamente errónea, se refiere a que Irán no puede disponer de nuevas centrifugadoras. En base al acuerdo de Ginebra, Irán se comprometió a no aumentar el número de centrifugadoras, de hecho, en ninguna parte se hace referencia a que la segunda generación de centrifugadoras no deba funcionar. Si empleamos la lógica, con el paso del tiempo, las centrifugadoras se estropean y hay que sustituirlas; eso no está prohibido.
El tercer punto habla sobre los motivos de la división en fases para que Irán cumpla con sus deberes en el campo nuclear. Resulta obvio que tal cantidad de uranio no se puede convertir en 400 kilogramos de óxido de una vez, sino que es un proceso que dura unos 6 meses. De ahí que ambas partes deben crear un ambiente de confianza, acordando que la contraparte, también, libere el dinero iraní en ese plazo de tiempo.
¿Por qué el Congreso de EE.UU. busca más sanciones y el Parlamento iraní habla de uranio al 60 %?
Desde que se logró el acuerdo de Ginebra, se intensificaron las presiones de los opositores dentro del Congreso de EE.UU., y los republicanos y el lobby sionista amenazaron con nuevas sanciones contra el país persa, algo que perjudicaría el espíritu de colaboración entre ambas partes. Entonces, resulta bien claro que los iraníes tampoco se pueden cruzar de brazos y permanecer en silencio, por lo que pensaron en un segundo plan: enriquecer uranio al 60 %, o sea, si la contraparte no cumple con sus deberes e impone nuevas sanciones, se enfrentará a esta medida del país persa; aunque solo es un plan y no se ha aprobado de momento.
¿Las recientes declaraciones de autoridades estadounidenses e iraníes pondrán en peligro este proceso de colaboración?
Luego del triunfo de la Revolución Islámica de Irán en 1979, EE.UU. vio en peligro sus intereses en la región de Oriente Medio y el Golfo Pérsico, así que recurrió a diversas medidas para hacer fracasar esa nueva revolución. La primera fue el apoyo a la guerra impuesta por Irak contra Irán, que duró ocho años. Cuando fracasó ese plan, recurrió a cuestiones como los derechos humanos y la libertad de expresión, para, con ayuda de sus aliados occidentales, presionar al país persa, hasta que el tema nuclear iraní se convirtió en un dilema a nivel internacional.
En 2002, cuando el grupúsculo Muyahedin-e Jalq alertó de la existencia de pruebas sobre una supuesta desviación de las actividades nucleares iraníes, la Unión Europea y Estados Unidos recurrieron a la aplicación de duras sanciones contra Teherán, con el propósito de que suspendiera dichas actividades. Este objetivo no solo no se cumplió, sino que Irán, como signatario del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, continuó con su programa, bajo la plena supervisión de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, AIEA.
Entonces, ahora es muy fácil comprender por qué los Gobiernos de Irán y EE.UU. no tienen otro camino que escuchar la voz de los opositores y dar una respuesta que controle la situación y supere esa delicada situación. Por un lado, en Washington, el presidente Barack Obama, cuyo país está bajo la influencia de los poderes sionistas, saluda el acuerdo y, por otro, dice que si Irán no cumple y no aprovecha esta oportunidad, se enfrentaría a medidas aún más severas.
Lo mismo pasa con Irán, el presidente Rohani, en su visita a la ciudad de Ahvaz, en el sur del país, dijo: -“¿Sabéis lo que significa el acuerdo de Ginebra? Significa la rendición de las grandes potencias del mundo ante el gran pueblo persa. Los gobernantes de estos países están bien conscientes de que estas son meras palabras para agradar a sus pueblos sobre lo que están haciendo, y no tienen ninguna influencia en el proceso de trabajo.”
Las palabras de Rohani conformaron el eje central de las preguntas de los medios al portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, a lo que este contestó que el discurso de Rohani en Ahvaz se dirigía solo a su pueblo, y que era algo que solo se servía para la opinión pública iraní, mientras ellos (Washington) solo monitoreaban los hechos, no los dichos.
También, el jefe de la Organización de la Energía Atómica de Irán (OEAI), Ali Akbar Salehi, al referirse a los contradictorios comentarios de Occidente sobre el acuerdo nuclear entre Teherán y el G5+1, aseguró que lo importante para Irán es el cumplimiento de los puntos acordados entre las partes involucradas en los diálogos de Ginebra, y ha reiterado el compromiso de la OEIA con la parte que le corresponde en dicho acuerdo.
La puesta en marcha del acuerdo de Ginebra es solo el inicio de un largo camino lleno de obstáculos, para llegar a un objetivo final, algo que se debe realizar rápidamente, ahora que el terreno ha sido allanado. De acuerdo con el alto negociador iraní en los diálogos nucleares, Seyed Abás Araqchi, en cuanto se dé inicio a este paso, comenzarán los diálogos sobre la etapa final; de momento, solo se ha hablado de la totalidad del plan, sin entrar en detalles.
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